“¡Llegó la hora de la ducha!”… para muchos puede ser una frase muy gratificante, pero cuando se trata de bañar a una persona dependiente y no tienes mucha experiencia como cuidador, puede que estas palabras supongan todo un desafío.
Eso sí, no te asustes, actúa con serenidad y verás que todo saldrá bien, aunque es necesario que conozcas algunas técnicas para que la jornada de higiene se desarrolle con éxito.
Ahora bien ¿cuáles son estas técnicas que debes dominar? En este artículo te contaremos todos los detalles para que duches a una persona dependiente “sin morir en el intento”.
Aprende a duchar a una persona impedida
Antes de duchar a una persona movilidad reducida o a un anciano, primero debes fijarte si el cuarto de baño cumple con ciertas medidas de seguridad.
Por ejemplo, tiene que disponer de agarraderos o asideros para que la persona pueda sujetarse y se eviten posibles caídas. En aquellas circunstancias donde el paciente no tiene la capacidad de sujetarse se recomienda instalar una silla para ducha.
También podrías usar una silla de ruedas para hacer que la experiencia sea más cómoda y sencilla. Claro está que cuando la persona se moviliza un poco la limpieza será más fácil.
Otro detalle que no puedes dejar pasar es el control de la temperatura de la habitación y fijarte si el espacio tiene alfombras dentro y fuera de la ducha para no resbalar.
Ahora sí, vamos con las técnicas que debes aplicar:
¡Prepara todo!
No te apresures por ir a la ducha, antes de comenzar con el proceso de aseo asegúrate de preparar todo: deja el cuarto de baño caldeado, coloca las toallas, jabones, esponjas y cremas a tu alance.
Por otro lado, prepara la ropa que le vas a ayudar a poner después del baño para que no lo dejes desnudo y evites un posible enfriamiento.
Tampoco olvides los pañales o compresas (en caso de que la persona las use). Sí, tenlos a tu alcance para que todo sea más fácil y rápido.
Usa jabones neutros
Nunca olvides usar jabones neutros que no generen alguna reacción alérgica o que resequen la piel de la persona impedida.
Enjabona bien los pliegues cutáneos como inglés, axilas y entre los glúteos. Igual presta atención a estas zonas al momento del secado, incluyendo los pies.
También fíjate en el pliegue prepucial, ya que se trata de un área vulnerable a infecciones por falta de aseo. ¿Algo más? Por supuesto, evita frotar mucho el jabón sobre la piel para no provocar posibles irritaciones.
¿Puedes utilizar champú? ¡Desde luego!
Aconsejamos lavar el cabello con champú por lo menos un par de veces a la semana, todo sin frotar en exceso para evitar irritaciones, alergias o descamaciones.
Una vez termines de masajear brevemente el cabello con el champú, seca bien esta parte del cuerpo. En caso de tratarse de una mujer puedes utilizar un secador para no generar resfriados.
Comunica cada movimiento
No pases por alto este detalle porque podrías sorprenderlo con un chorro de agua en la cabeza que termine exaltándola. Por ello recomendamos que expliques cada acción a realizar, así estará más cómoda.
¿Te damos un ejemplo? Bien, frases como “vamos con el cabello”, “cierra los ojos”… te ayudarán a llevar el proceso de higiene de la manera más tranquila posible.
Escucha sus comentarios
Por nada del mundo te hagas el sordo y presta atención a lo que te dice la persona dependiente. Puede que en un principio sienta el agua muy fría o caliente (hasta el punto de quemarla) o se le meta jabón en los ojos, etc.
Si escuchas lo que te dice y lo haces sentir bien durante el aseo, la persona se sentirá cómoda contigo lo que facilitará todo.
¿Quieres saber más detalles sobre cómo duchar a una persona dependiente? Consúltanos y nosotros estaremos encantados de ayudarte. ¡Escríbenos en la caja de comentarios!